1. Estar tranquilo, pero actuar pidamente.- Con tranquilidad se da confianza a la víctima y a aquellos que se encuentren cerca. Los testigos suelen tener miedo, con frecuencia pánico o están sobreexcitados. El auxiliador ha de dar ejemplo mostrando su tranquilidad.

2. Hacer una composición de lugar.- Cuando se llega al lugar del accidente no se debe comenzar a  actuar curando al primer herido que se encuentre. Puede haber otros heridos s graves y que,  por tanto, necesiten atenderse en primer lugar. Hacer, pues, un rápido examen del lugar. Debe  intentarse saber si existen heridos ocultos. Hay que darse cuenta también de las posibles fuentes de  peligros que aún existan: amenaza de derrumbamiento, ruptura de canalizaciones de gas o de  agua,  fuego, entre otros.

3. Mover al herido con gran precaución.- Jamás se cambiará de sitio al accidentado antes de  cerciorarse de su estado y haberle proporcionado los primeros cuidados. Ades, un herido grave, no debe ser movilizado excepto por estas tres razones:

 
para poderle aplicar los primeros auxilios; evitar el agravamiento de sus heridas; y protegerle de un nuevo accidente.

4. Examinar bien al herido.- Investigar si respira, si tiene pulso, si está consciente, si sangra, si tiene una fractura, si presenta quemaduras, si ha perdido el conocimiento. Estar bien seguros de no haber dejado escapar nada.

5. No hacer s que lo indispensable.- Si se intentan hacer demasiadas cosas, se retrasa el traslado de la víctima. El papel del auxiliador no es el de reemplazar a los servicios  sanitarios,  sino  que  se  ha  de  limitar  a  proporcionar  aquellas  medidas estrictamente necesarias para un correcto transporte del herido.

6. Mantener al herido caliente.- Evitar, no obstante, un calor excesivo, manteniéndole a una agradable temperatura. Si hace frío, todo el cuerpo debe ser calentado; para ello lo mejor se envolverlo en una manta.

7. No dar jas de beber a una persona inconsciente.- En este estado no pod tragar y existi peligro  de ahogarla al penetrar el quido en las as aéreas. Si la víctima conserva la consciencia y no presenta una herida profunda en el vientre, se le puede dar de beber, lentamente, y solo a pequeños sorbos. No darle alcohol, es preferible café o té caliente, sobre todo si hace frío.

8. Tranquilizar a la victima.- El accidentado tiene miedo. Hay que hablarle ya que está angustiado; el curso de su vida se ha visto truncado bruscamente y padece por los que le acompañan o por su familia. Hay que tranquilizarle, calmar sus temores y levantarle el ánimo. Hay que decirle que hay gente cerca que se ocupa de él, que los servicios de urgencias hayan sido avisados y que vendrán pronto. No se le debe dejar ver su herida.
9. No dejar nunca solo al accidentado.- El estado del mismo puede gravarse en un corto espacio de tiempo.

Principios de Acción de Emergencia

1)  Evaluar la Escena.
2)  Evaluación Primaria.
3)  Pedir ayuda llamar al sistema de emergencias 171.
4)  Evaluación Secundaria.
5)  Dar atención prehospitalaria a la lesión que amenace la vida (P.A.)
6)  Traslado a un Centro Asistencial.

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